El otro día nos visitó un ejemplar de sapo común: Bufo bufo. El aspecto y la similitud entre su nombre científico y el término bufón, hace que me recuerde a alguien.
La verdad es que los sapos, con ese aspecto grotesco y su caminar a pequeños saltos, a diferencia de las ranas, les confiere un aspecto bastante poco atractivo.
Tal vez es por eso que me llame más la atención la referencia a "sapos y princesas", máxime cuando el cuento habla de una rana. Quizás sea por eso por lo que me incline a pensar que este ejemplar de Hyla arborea es más merecedor del título de príncipe toda vez que quien la mantiene en su mano es Julia toda una Princesa.
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