Los estudios genéticos han demostrado que es más lo que nos une que lo que nos separa de los grandes simios. Poco importa que nuestros caminos divergieran hace millones de años, basta observarlos para comprobar que nuestros comportamientos no difieren en muchos casos aunque, en otros, incluso nos superen. Y si no, la próxima vez que observéis a estos primates en un zoo, analizad a continuación las noticias de cualquier telediario.
El chimpancé (Pan troglodytes) es capaz de utilizar herramientas, como observara la primatóloga Jane Goodall, al utilizar ramitas para extraer termitas, una delicatessen para estos adorables bichos.
Si Jane Goodall ha dedicado más de 50 años al estudio de los chimpancés, la fallecida Diane Fossey lo hizo con los gorilas de montaña (Gorilla beringei beringei) en el Parque Nacional de los Volcanes (Ruanda).
O la canadiense de origen lituano Biruté Galdikas con los orangutanes (género Pongo).
No es de extrañar que sean mujeres las que más han aportado al conocimiento de los hábitos de los grandes simios. Si a mi me tuvieran que estudiar, yo también preferiría que fuese una mujer. Y es que, insisto, no existen grandes diferencias. En el mundo del planeta de los simios, Zira diría de nosotros a su ayudante Aurelio que somos casi simios.
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