Rápido y escurridizo, apenas tuvimos tiempo de disparar unas cuantas fotos antes de que desapareciera en el suelo como si se tratase de un lombriz de tierra. Este ciempiés, artrópodo miriápodo, pertenece a la clase Chilopoda, distinguiéndose de los Diplopoda (milpiés), en que sólo tienen un par de patas por cada segmento o metámero de su cuerpo, mientras que los milpiés tienen dos pares de patas por metámero.
Hasta ahora, protagonista en este blog había sido el ciempiés casero (Scutigera coleoptrata) o el miriápodo canario (Dolichoiulus canariensis). Como carecemos de las claves para identificar el ejemplar de la foto, no podemos establecer con precisión si se trata de Haplophilus subterraneus u otra especie parecida.
Una buena pista es el número de patas, 77 a 83 pares para Haplophilus subterraneus, mientras que otro ciempiés muy común, Necrophloeophagus longicornis, tiene de 49 a 57.
No obstante, el ejemplar de la foto desapareció bajo tierra con gran rapidez antes de poder contarle las patas.
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1 comentario:
Sí que lo parece, un animal fascinante y bello :) buscaba información por la red y aquí caí :)
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