No creemos en las premoniciones; preferimos llamarlas curiosas coincidencias, como a la que hacíamos referencia en esa entrada. Ayer, durante una comida familiar, salió a relucir un episodio de este verano cuando nuestro gato, Matute, se presentó dentro de casa con un murciélago que acababa de capturar. Este tipo de bicho no es para nada del agrado de mi mujer. Liberarle de las fauces del gato fue mucho más fácil que conseguir que atinara con la puerta de salida de la casa. El caso es que hoy, como si la conversación de ayer fuese premonitoria, nos hemos encontrado un murciélago posado en la pared de una casa cercana a la nuestra.
Hemos tenido tiempo de coger la cámara y un pequeño habitáculo para tenerle en observación todo el día de hoy. Esta noche será liberado. Os recordamos que los murciélagos son una especie protegida. Una sesión de fotos nos ha permitido observar algunos detalles de la fisonomía de su rostro.
Seguimos prefiriendo hablar de curiosas coincidencias que de premoniciones.
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