lunes, 10 de agosto de 2015

Condenado a vivir

Desde el momento que el pez gato protagonista de la entrada de hace un año picó el cebo que le convertía de pez a pescado, solo le quedaban dos posibilidades. Debido a su lógica inclusión en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, la normativa sobre pesca de las diferentes Comunidades Autónomas establece que el pez gato no pueda ser devuelto a su medio. Sufrir la agonía de una muerte lenta por asfixia es la que le suele esperar a sus congéneres cuando caen en el cebo. El ejemplar de la foto tuvo la suerte de contar con una pecera de acogida.


Desde hace aproximadamente un año, este ejemplar ha conseguido adaptarse bastante bien a un nuevo medio al que ha sido condenado a vivir.


No puede considerársele una mascota al uso. No suele hacer nada. Sus hábitos nocturnos, aunque cada vez más relajados, permite que coincidamos en alguna noche de insomnio o de retraso de retirada a nuestros aposentos algún que otro viernes o sábado. Pero, a cambio, no muestra exigencias especiales. Poco a poco, se adapta a su condena a la vida.

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