sábado, 2 de enero de 2016

Cangrejos transexuales

La naturaleza está llena de curiosidades que multiplican la diversidad hasta extremos casi inimaginables. Es difícil encontrar costumbres o comportamientos en el ser humano que no se reproduzcan en el mundo animal como tareas adaptativas para la supervivencia de la especie. Uno de los casos más curiosos es el del cangrejo común o cangrejo verde europeo (Carcinus maenas), cuyos machos, parasitados por percebes del género Sacculina (S. carcini) hace que estos se comporten como hembras.
Carcinus maenas tiene un exoesqueleto en forma de abanico con cinco dientes o espinas romas a lo largo del borde de la concha por detrás del ojo. El primero de estos dientes forma el margen posterior de la cuenca del ojo y la quinta está en la parte más ancha. Además presentan tres dientes redondeados o lóbulos entre sus ojos.


Nativo del noreste Atlántico y del mar Báltico, su alto poder invasor le ha llevado a colonizar hábitats similares en Australia, Sudáfrica, Sudamérica y las costas atlánticas y del océano Pacífico de Norteamérica, Está considerado una de las 100 especies invasoras más dañinas.
La infestación de estos cangrejos por otro crustáceo rhizocephalo emparentado con los percebes, Sacculina carcini, es uno de los ejemplos más característicos de la denominada castración parasitaria.
Las microscópicas larvas de primer estadio del parásito, denominadas nauplios, mudan varias veces durante cinco o seis días mientras forman parte del placton.


Tras esa  fase de larva nauplio, se transforma en una larva cipris que es la que ataca al huésped por sus antenas. A partir de ahí, se despoja de su tórax y abdomen y entra en el cangrejo como una masa de células embrionarias. Esa masa de células migra hacia el intestino medio del cangrejo justo por debajo del corazón y se extiende en forma de zarcillos para obtener su alimento de los nutrientes del huésped. La hembra extiende una protuberancia hacia el exterior del cangrejo a través de la cual permitirá su fecundación por las larvas macho en un sistema de apareamiento poliándrico. El cangrejo huésped (hembra) creerá que se trata de su propia puesta y velará por el cuidado de ella.


Sin embargo las larvas de Sacculina carcini no discriminan a la hora de infestar a los cangrejos Carcinus maenas, haciéndolo por igual en machos y hembras. Lo llamativo del caso es que si se trata de un cangrejo macho, provocará en este cambios no solo físicos, como el ensanchamiento del abdomen típico de las hembras, sino que modificará incluso el patrón de comportamiento del macho para hacerlo igual que las hembras. En ambos casos, machos y hembras del cangrejo quedan estériles pero se afanan en el cuidado de la puesta de la que emergerán las larvas del parásito para colonizar a nuevos cangrejos.
Sacculina carcini ha sido considerado como un medio de control de las especies invasoras del cangrejo común europeo, pero debido a la baja especificidad del huésped también parece dañar las poblaciones de cangrejos no invasivos, ya que se ha podido comprobar que puede afectar también a Carcinus aestuarii, Liocarcinus depurator, Perimela denticulata y otros cangrejos de la familia Portunidae.

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