domingo, 15 de marzo de 2009

Churro fotográfico

Todos los bichos son fascinantes. Cada uno a su manera. Captar fotográficamente esa fascinación es todo un reto que, a menudo, se convierte en una obsesión. Obsesionado con fotografiar los parasitoides de las agallas de los Quercus y tras disparar más de 50 fotografías todas fallidas, reparé en que, en mi pequeño laboratorio entomológico, una de las ninfas de insecto palo (Medauroidea extradentata) se encontraba bebiendo de una minúscula gota de agua en la pared de su habitáculo después de haberlo pulverizado. Casi como un acto reflejo disparé una sola foto pensando que no iba a salir nada, defraudado como estaba con la sesión fotográfica desastrosa de los parasitoides.
Me había olvidado del tema hasta que he descargado las fotos de la cámara. Me he quedado sorprendido, es lo que llamo un churro fotográfico.



Hemos hecho referencia con anterioridad a la fotografía de artrópodos y a lo complicado que suele resultar obtener una buena foto. Es por eso por lo que, a veces, conseguir un churro nos provoca una gran satisfacción.

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