Hace poco publicábamos en Mundo de Insectos una fotografía de dos ejemplares de Heliotaurus ruficollis apareándose.
Durante algunas semanas, este coleóptero nos ha venido acompañando dando una nota de color a los campos de margaritas. Pero empiezan a desaparecer. Completado su ciclo vital, la muerte es el último proceso de dicho ciclo.
Ayer contemplábamos algo que no habíamos visto anteriormente. Aunque sabemos que las hormigas de los bosques (Formica rufa) son importantes depredadores, no nos imaginábamos que fueran capaces de atacar a coleópteros vivos y de un tamaño mucho mayor que el suyo. En la foto, una hormiga de los bosques (Formica rufa) ha conseguido atenazar una de las patas traseras de un Heliotaurus ruficollis que intenta huir.
El coleóptero, muy agresivo con sus propios congéneres cuando intentan desbancarle de su margarita, intentaba huir de la hormiga que no soltaba su presa.
Incluso, el coleóptero intentó remontar el vuelo, pero el lastre de la hormiga se lo impidió.
La hormiga se limitaba a ofrecer resistencia a todos los intentos del Heliotaurus por huir, suponemos que para acabar venciéndole por agotamiento. No conocemos el final de la historia ya que no pudimos observarles indefinidamente; pero, al no optar el coleóptero por la autotomía de su pata, unido a las poderosas mandíbulas de la hormiga, nos hacen suponer que el ejemplar de Heliotaurus ruficollis de la foto es más que probable que acabase en la despensa del hormiguero de turno.
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