Desde siempre, el hombre puso nombre a los animales, y nosotros no somos menos. A veces proponemos, incluso, algún nombre binomial, aunque sepamos que no va a ser aceptado. En casa, a los transeúntes, esos animalillos que pasan delante de nuestras vidas y los retenemos algunos días para la foto de rigor o para estudiar un poco sus costumbres, también son susceptibles de ser bautizados con algún que otro nombre.
Reciéntemente, han nacido en casa unos ejemplares de Phyllium siccifolium, una especie de insecto hoja.
Como tenemos la costumbre de poner nombre a los animales, les hemos puesto nombre a los tres ejemplares de insecto hoja que nos han nacido hasta ahora. Jugando con el género Phyllium, en abreviatura nos surgió Phyll; como somos muy aficionados a la música, alguien propuso, rápidamente, Collins, Phil Collins. El siguiente fue un pequeño homenaje a Julio Verne y su "Vuelta al mundo en 80 días", Fileas Fog. Como habitualmente jugamos con las palabras, buscamos un diminuto para Phyllium y Phyll. Por asociación de ideas resultó "Filito" y rápidamente el Tío Filito, en recuerdo del personaje de Walt Disney: "el Tío Gilito".
El próximo, a buen seguro, se llamará, independientemente del sexo, todavía imposible de determinar, Phila Delphia de Kraft.
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